domingo, 24 de abril de 2011

FELICES PASCUAS A TODOS LOS LECTORES DE "SENTIR QUILMES"



Hoy celebraremos la Pascua de Resurrección. La cuaresma ha finalizado y el camino de conversión que se ha hecho, adquiere sentido.
Anoche fue noche  de oración y de cumplimiento de las promesas hechas por Jesús. Cantamos con júbilo extraordinario, que Cristo ha pasado de la muerte a la vida. Fue la noche más importante de todo el año. Los signos del fuego, de la luz, la alegría de los cantos y la bella historia de salvación que escuchamos en lecturas selectivas, señalan el triunfo definitivo de Cristo sobre la muerte.
Dios glorifica a su hijo y la fe cristiana adquiere sentido. El poder de Dios hizo que el Mesías sepultado saliera a la vida, a una nueva existencia, a la total glorificación. El Concilio Vaticano II al revalorizar el sentido pascual del cristianismo nos dice: "Esta obra de la redención humana y la perfecta glorificación de Dios la realizó Cristo principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, resurrección y gloriosa ascensión" (SC 5).
Sin resurrección todo se reduce a nada. La encarnación de Cristo, su nacimiento, su predicación, sus milagros, su pasión y muerte carecerían de sentido. Jesús hubiera sido considerado un gran mago o aventurero, o como dice Martin Descalzo, un loco iluminado. ¿Qué sería de nosotros? ¿Qué sentido tendría nuestra fe? ¿Qué sentido tendría la iglesia? Ciertamente ninguno. Gracias a Dios, las cosas no son así. San Pablo no se ha equivocado ni ha exagerado en lo que ha dicho: "Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe, vana nuestra predicación. Seríamos falsos testigos" (1Cor 15,14, 20).
Han pasado ya más o menos 2011 años desde que Cristo resucitó, y El sigue vivo y presente en su iglesia. Quizá nosotros necesitemos escuchar, una vez más las palabras del ángel: "no temáis….no está aquí", y las que el mismo Jesús dirige a las mujeres "alégrense, no tengan miedo". La resurrección es el anuncio más importante que ha escuchado la humanidad, es el anuncio y convicción que han llevado muy dentro de sí los santos y mártires de la iglesia. Nuestra fe cristiana tiene como eje el misterio de su muerte y resurrección. En torno a este misterio gira toda convicción cristiana.
Creer que Cristo ha salido victorioso de la tumba, es reafirmar que también nosotros estamos llamados a participar de esa resurrección y gloria, de una vida nueva y definitiva sin término ni fin. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Es la expresión que más se escucha en el día de pascua, es el saludo que desde hace siglos ha cruzado los continentes y la fronteras para anunciar al mundo entero que Cristo ha triunfado.
¡Aleluya! es el grito de alegría desbordante, que como dice Martin Descalzo, es la "Alegría para los niños que acaban de asomarse a la vida y para los ancianos que se preguntan a dónde van sus años; alegría para los que rezan en la paz de las iglesias y para los que cantan en las discotecas; alegría para los solitarios que consumen su vida en el silencio y para los que gritan su gozo en la ciudad". Felices Pascuas de Resurrección.

Analia Carnovale
(Directora "Sentir Quilmes")

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